Los lagos de Covadonga son una de las joyas naturales del Principado. Se ubican en el concejo de Cangas de Onís y sus formaciones principales son dos lagos glaciares. En las profundidades del Enol, el de mayor tamaño, se halla sumergida una imagen de la Virgen de Covadonga, que se saca cada ocho de septiembre para pasearla en procesión. Algo más arriba, a unos 1.100 metros de altitud, se sitúa el lago de Ercina, de menores dimensiones. Cuando se produce el deshielo aparece un tercer lago, el Bricial, que solo tiene agua en esa época del año.

Recorrer este entorno de impresionante belleza suele combinarse con una visita a la Santa Cueva para saludar a la patrona de Asturias. Pero las posibilidades para el senderismo son tantas en esta zona que los amantes de esta actividad suelen acudir en más de una ocasión. Hay rutas para todos los gustos, con distintos tipos de dificultad. Una de las más sencillas, para realizar incluso con niños, es un itinerario circular de unos 6 kilómetros, que se completa en dos horas. En este camino se pasa por el hayedo Palomberu, las minas de la Buferrera y el mirador del Príncipe. Desde el mirador se disfrutan bellas panorámicas. Otra opción para captar la grandiosidad del paisaje es el mirador de Entrelagos.

Lagos de Covadonga

Santuario de Covadonga

Covadonga es un espacio cargado de simbolismo porque fue en este lugar donde don Pelayo derrotó a los árabes que ocupaban la región dando comienzo así a la Reconquista.

El complejo religioso de Covadonga es, además, uno de los lugares de peregrinaje más visitados de España por los creyentes. Dicho conjunto abarca varios espacios: la Santa Cueva, donde se encuentra la Virgen de Covadonga, o “la Santina”, que es como la conocen los asturianos; la capilla, de estilo románico y la basílica de Covadonga. Esta última, construida con piedra rosada marmórea obtenida en las montañas del lugar, es un precioso ejemplo de neorrománico. Tanto el templo, como el recorrido hasta el mismo, son de gran belleza, y ofrecen unas increíbles vistas del valle y de las montañas.

En el conjunto se inscribe también La Casina, lugar dedicado a la oración para los cientos de fieles que se acercan al lugar. Y la Casa de los Ejercicios, área de retiro donde reina el silencio y la actividad espiritual. Dispone de salas de reuniones, capillas y, también, de habitaciones en las que pasar unos días dedicados a la meditación.

La historia y la espiritualidad dominan esta zona del Principado de Asturias, y su belleza natural invita a los viajeros a lanzarse a los caminos. El entorno de Covadonga está en la parte asturiana del Parque Natural de los Picos de Europa.

Santuario Covadonga
Santuario de Covadonga

Descenso del Sella, deporte y fiesta

El Descenso Internacional del río Sella es una de las citas más importantes de Asturias. Se trata de una fiesta popular que se “disfraza” de competición de piraguas. Tiene lugar desde 1929 y se celebra cada año, durante el segundo fin de semana de agosto, en el tramo fluvial que discurre entre los pueblos de Arriondas y Ribadesella.

Lo que en principio era simplemente una prueba para palistas españoles y extranjeros, se convirtió con el tiempo en una festividad en la que ambas ciudades se implican en la celebración, con actividades diversas, caravanas de coches engalanados, litros de sidra y música. El descenso del Sella ha ido ganando fama, a lo largo de los años, y a día de hoy, atrae a competidores de hasta 15 nacionalidades diferentes. Es uno de los acontecimientos turísticos más importantes del Principado.

Descenso del Sella en Arriondas
Descenso del Sella

El encuentro deportivo comienza a las 12 de la mañana del sábado, cuando las piraguas parten de Arriondas a Ribadesella. Sin embargo, la diversión ya ha comenzado el día anterior. Un tren fluvial conecta a las localidades protagonistas. En los Campos de Oba, en Lloviu, se celebra una romería multitudinaria en la que la comida típica asturiana se intercala con la entrega de los premios de la competición.

Uno de los grandes atractivos de esta prueba deportiva es la posibilidad de realizarla, a nivel aficionado, cualquier día del año. Es perfecta para hacerla con amigos o incluso en familia. Saliendo de Arriondas, el interesado puede elegir un descenso de 6, 10 o 14 kilómetros de recorrido, según su condición física, sus circunstancias personales o su disponibilidad horaria.

Taramundi, entre tradiciones y naturaleza

Taramundi es un concejo del Principado de Asturias, en la frontera con la ciudad gallega de Lugo. Su capital, que lleva el mismo nombre, es el punto de partida de idílicos paseos que seducen al viajero. Difícil resistirse a la magia de esta región bañada por ríos, entre sierras y valles. El constante murmullo del agua, y su ritmo sosegado, la convierten en un inmejorable destino para quienes anhelan dejar atrás el ruido y las prisas. Pero no es la naturaleza el único atractivo de esta tierra de molinos, cuchilleros y ferreiros. Su legado arquitectónico y cultural, sus museos, su artesanía y gastronomía son alicientes añadidos para visitar la zona.

Hay mucho que ver en Taramundi. Pionero en el ámbito del turismo rural, este rincón asturiano hace las delicias de los senderistas con su variedad de rutas. Paisajes bucólicos, hórreos, iglesias, ingenios hidráulicos y un castro, de los más antiguos de Asturias, aguardan al caminante. En el entorno llama la atención la iglesia de San Martín, con su esbelta torre, reedificada en el siglo XVIII. Y muy cerca se encuentra La Rectoral, la antigua casa del cura.

Taramundi
Taramundi

En los alrededores de la villa, el viajero inquieto no puede dejar de acercarse a un enclave de gran interés, el castro de Taramundi, uno de los más importantes del Principado de Asturias. Los hallazgos de sucesivas excavaciones revelan la existencia de un centro de población desde finales de la Edad del Bronce. Los restos de una muralla y de distintas edificaciones, entre ellas una sauna, trasladan a los siglos I y II, tiempos de ocupación romana.

Otro lugar que bien merece una visita es la pequeña aldea de Os Teixos. En ella se encuentra uno de los más antiguos conjuntos etnográficos de Asturias, una muestra de distintos ingenios hidráulicos que despierta el interés de niños y mayores. Y tampoco puede faltar As Veigas, a 8 kilómetros de la villa de Taramundi. Situada en el centro de la Reserva de la Biosfera de Oscos-Eo, la aldea emerge al fondo de un valle al que se llega a través de una sinuosa carretera de montaña. Sus paisajes boscosos y su río convierten As Veigas en un destino ideal. El disfrute de la pesca, el piragüismo, las rutas a caballo o la recogida de setas son algunos de sus alicientes, así como su proximidad a la playa.

Playa del Silencio

La costa asturiana cuenta con playas kilométricas y desiertas de arena blanca y dorada. Aquí la naturaleza se funde entre el verde de la montaña y el azul del mar. Las calas naturales esconden verdaderas postales de ensueño. Las hay rodeadas de acantilados, otras de verde vegetación e, incluso, integradas por hermosas formaciones rocosas. Algunas de las playas más bellas de Asturias son de difícil acceso, lo cual permite disfrutarlas prácticamente en soledad.

Entre las más destacadas está la Playa del Silencio, una de las más bonitas de España. Se localiza en Castañeras (concejo de Cudillero) y, como su propio nombre indica, se trata de una playa tranquila y nada masificada. Para acceder a ella hay que seguir un camino de tierra señalizado y descender unos 100 escalones. Tiene unos 510 metros de longitud y está rodeada de imponentes acantilados. Llévate tu propio picnic y prepárate para disfrutar de un día inolvidable.

La Playa del Silencio
La Playa del Silencio

Playa de Gulpiyuri

Tan apreciada como la playa del Silencio es la playa de Gulpiyuri, declarada Monumento Nacional en 2001. Es una de las más singulares de Asturias y de las más codiciadas por los viajeros. Lo que la convierte en un enclave tan especial es que se encuentra visualmente alejada de la costa, y eso no es lo propio de una playa. Además, tiene forma circular, con unos 50 metros de arena y está resguardada por acantilados y vegetación.

¿Y cómo llega el agua a esta playa? Muy sencillo, cuando sube la marea recibe el agua del mar a través de un conducto subterráneo. Aparentemente podría parecer una piscina natural pero no lo es, ya que sufre los efectos de la pleamar y de la bajamar.

Para poder verla hay que dirigirse a la población de Naves, en el concejo de Llanes.

Playa de Gulpiyuri
Playa de Gulpiyuri

Otras playas imprescindibles en Asturias

En el listado de playas recomendables de Asturias hay que sumar a la playa del Silencio y a la playa de Gulpiyuri otro surtido de bonitos arenales.

El viajero no debe perderse la playa de Torimbia, en Niembro (concejo de Llanes), en un paisaje protegido de la costa oriental. Se trata de una playa nudista, pero recibe todo tipo de visitantes. Tiene una longitud de 500 metros y forma de concha. Está resguardada por enormes acantilados, lo que la convierte en una playa salvaje y prácticamente virgen.

En el recorrido por la costa asturiana sorprende también la playa de Ballota.

Está en Cué (concejo de Llanes) y es otro paisaje protegido por su importancia medioambiental. Es una playa tranquila con oleaje débil y un islote muy fotogénico: el islote del Castro. Y la playa de Rodiles, junto a la desembocadura de la ría de Villaviciosa (concejo de Villaviciosa). Está rodeada por un bosque de pinos y eucaliptos y pertenece a la Reserva Natural de la Ría de Villaviciosa. Es de las playas más concurridas en verano y atrae a surferos de toda España.

En la lista hay que incluir, además, la playa Cuevas del Mar, en la desembocadura del río Nueva (concejo de Llanes), paisaje protegido por su vegetación y formaciones geológicas. La playa de Poo, junto a la desembocadura del río Vallina (concejo de Llanes), considerada entre las mejores playas de Europa. Y la playa de Andrín, en Andrín (concejo de Llanes).

Y para acabar, otras dos opciones más: la playa de Penarronda, junto a Santa Gadea (concejo de Castropol y Tapia de Casariego), que forma parte de la Reserva de la Biosfera Oscos-Eo y ha sido designada como Monumento Natural. Y la playa del Aguilar, en Muros de Nalón (concejo del mismo nombre), donde comienza la ruta de los Miradores, un sendero que bordea la costa asturiana para observar las salvajes playas desde lo alto de los acantilados.

Bufones de Pría

Una visita imprescindible en Llanes es la de los conocidos Bufones de Prías. Con este nombre se conoce un fenómeno natural que se produce en la costa de Llames de Pría. Dicho fenómeno está ligado al efecto erosivo del mar y de la lluvia sobre la roca caliza. Debido al desgaste que producen se crean unas grietas que conectan el mar con la superficie del acantilado. Con la fuerza de las olas, se expulsa aire o agua, con una presión altísima, a través de esos conductos. Para verlo hay que dirigirse a la población mencionada. También existe una ruta de los bufones, que se puede hacer en unas cuatro horas.

Los Bufones de Pría
Los Bufones de Pría

Ciudades y pueblos imprescindibles

Oviedo, urbe señorial entre el ayer y el hoy

Oviedo, capital del Principado de Asturias, es una ciudad que llama la atención por su elegancia y carácter tranquilo. Todo en ella transmite la sensación de limpieza, orden, comodidad y un cierto halo histórico. Es como si no acabara de desprenderse de las palabras de Clarín en su célebre novela La RegentaEn sus páginas el escritor calificó esta población como “vetusta” y “extremadamente vieja, anticuada”. El tiempo ha pasado y Oviedo se ha ido renovando, añadiendo a su carácter tradicional, nuevos atractivos.

La ciudad ha ganado en modernidad y cosmopolitismo. Ser la sede de los Premios Príncipes de Asturias, que se otorgan a importantes figuras del ámbito internacional, ha contribuido a ello. Pero mantiene el sabor de antaño y es precisamente esa combinación entre el ayer y el hoy lo que la hace tan interesante. Es esa mezcla la que captó el cineasta Woody Allen cuando visitó la ciudad para recibir el Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Entonces la describió como “una ciudad de cuento de hadas donde todo es antiguo, limpio y agradable…”

A esa sensación, tan bien reflejada por el director neoyorquino, contribuye el mimo con que los ovetenses cuidan su patrimonio histórico-artístico. Allen, por cierto, cuenta con una estatua de bronce, que recuerda su estancia, en la calle de las Milicias Nacionales. La ciudad conserva sus tesoros con esmero y no reniega de lo acontecido, pero introduce cambios que la enriquecen. La reciente peatonalización de su centro y la ampliación del Museo de Bellas Artes, son reflejos de su avance.

Son muchos los lugares de interés en Oviedo, el segundo municipio más poblado de Asturias (después de Gijón). En el casco antiguo llaman la atención las muchas estatuas que se va encontrando el visitante en su paseo. No puede faltar una de Ana Ozores, la protagonista de ‘La Regenta’. Se la ve muy distinguida, con un libro en las manos, en la plaza de Alfonso II, frente a la Catedral, un lugar idóneo para detenerse a observar el ritmo de la urbe.

La Catedral de Oviedo, erigida en honor de San Salvador, es uno de los grandes orgullos de la capital del Principado. Es del siglo XV y estilo gótico pero está mezclada con elementos de otros estilos arquitectónicos. Posee una única torre, lo que le otorga una singular asimetría. La fachada fue diseñada por Juan de Badajoz. En su interior sobresale la capilla de Santa Bárbara y el altar de Santa Teresa. También destaca el balcón donde se expone el Santo Sudario y la cámara Santa.

Catedral de Oviedo
La catedral de Oviedo

Muy cerca se encuentra el Museo de Bellas Artes de Asturias. Está formado por dos edificios históricos: el Palacio Velarde, del XVIII, y la Casa de Oviedo-Portal, del XVII. Y de un tercero, con el que se ha ampliado, obra del arquitecto navarro Francisco Mangado. En este espacio el viajero puede disfrutar de obras tan sobresalientes como el Jovellanos y el Retrato de Carlos IV, de Goya, o el Cristo en la Cruz de Zurbarán. También se detendrá admirado ante cuadros de Regoyos, Sorolla, Nonell, y Ramón Casas, entre otros artistas.

Son muchos los atractivos de la ciudad, tanto en su barrio viejo como en el nuevo. El casco histórico de Oviedo, con su laberinto de calles y sus fachadas barrocas y modernistas, merece un paseo detenido. En los alrededores del Ayuntamiento se encuentra el Fontán, una coqueta plazoleta porticada rodeada por tiendas de artesanía, sidrerías y un animado mercado. Iglesias como la de San Isidoro o la de Santa María la Real, van saliendo al paso. Y llaman la atención edificios históricos como el de la Universidad y palacios como el de Valdecarzana, donde hoy se ubica la Audiencia Provincial.

Merece la pena recorrer el Paseo del Espolón, donde se asentaron los indianos que regresaron con fortuna de América. Y acercarse a tomar un respiro en hermosos parques como el del Campo de San Francisco, donde una escultura recuerda a Clarín. Otro lugar precioso en Oviedo es el Parque de Invierno donde se encuentran las piscinas al aire libre de San Lázaro, el palacio de los Niños, una pista de skate y un laberinto formado por 650 laureles. Los interesados en el senderismo deben de saber que el parque enlaza con el camino Fuso de la Reina.

Gijón, una interesante ciudad tras la playa

La primera imagen de Gijón, la que se queda fijada en la memoria de quienes la visitan, es la de la playa de San Lorenzo. Mide un kilómetro y medio de longitud y es el lugar indiscutible de esparcimiento y encuentro de los lugareños. Está bordeada por un muro de piedra sobre el que se extiende el paseo marítimo. La mejor manera de atrapar el espíritu de la ciudad es recorrerlo. Cuenta con 15 accesos de bajada a la playa, siendo el más conocido el de Escalerona. Si el tiempo ayuda, es toda una tentación darse un baño, o recorrer el arenal húmedo.

San Lorenzo está situada entre la iglesia del mismo nombre y la desembocadura del río Piles. En uno de sus extremos destaca la Iglesia de San Pedro. Y detrás se levanta la ciudad. Hay que descubrir sus muchos rincones de interés una vez se ha tomado contacto con el mar. San Lorenzo no es el único punto para darse un chapuzón en Gijón. También hay otras playas como Poniente, que se encuentra junto al puerto deportivo y donde se ubica el Acuario de la ciudad.

Si hay un lugar que hace las delicias de los visitantes es el antiguo barrio de pescadores de Cimadevilla. Es un placer perderse en su laberinto de callejuelas de piedra e ir descubriendo distintos rincones de interés. Por ejemplo, la Casa Natal de Jovellanos, del siglo XVIII. O el cerro de Santa Catalina, asomado al Cantábrico. Aquí se ubica una de las piezas más emblemáticas de Eduardo ChillidaElogio del horizonte. En la zona se encuentra la plaza del Lavaderu, donde los gijoneses acostumbran a sentarse en las escaleras para tomar un culín de sidra. Y también otro popular punto de encuentro, la Cuesta del Cholo. En ella sorprende el Árbol de la Sidra, una escultura confeccionada con botellas verdes de la típica bebida asturiana.

Iglesia San Pedro Gijón
Iglesia de San Pedro en Gijón

Ya en el centro de la ciudad destacan edificaciones como el palacio de Revillagigedo, de estilo barroco. Se encuentra en el área del puerto deportivo, junto a la Colegiata de San Juan Bautista, y funciona como un centro cultural. La Plaza Mayor, donde se encuentra el Ayuntamiento, es otro de esos rincones donde se aprecia el latido de la ciudad. Del mismo modo que la plaza de San Miguel y la calle Corrida, llena de terrazas. Culturalmente Gijón depara interesantes visitas. El Teatro Jovellanos ofrece una variada programación. Y hay museos como el Barjola, dedicado al pintor expresionista, y abierto a exposiciones temporales. También otros artistas nacidos en el municipio cuentan con centros que mantienen vivos sus legados, caso de Evaristo Valle y Nicanor Piñole.

Entre los centros culturales de interés destaca el Museo Pueblo de Asturias, en el paseo del Doctor Fleming. Está dedicado a la etnografía de la región y en su exterior se recrea una aldea asturiana con su bolera, su hórreo y su panera. Proporciona una especie de excursión al mundo rural de antaño.

A unos 3 kilómetros del centro merece la pena acercarse a la Antigua Universidad Laboral de Gijón, más conocida como Laboral Ciudad de la Cultura o La Laboral. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, se ubica en un monumental edificio (270.000 m2), de estilo clasicista, obra de Luis Moya. Destaca su alta torre y su iglesia de planta elíptica, hoy desacralizada. El complejo contiene un teatro de fachada helenística y el LABoral Centro de Arte y Creación Industrial, entre otras instituciones.

Enfrente se encuentra el Jardín Botánico Atlántico, un moderno espacio de 25 hectáreas. Aquí se custodia y se cuida el denominado Jardín de la Isla, un jardín histórico con más de 150 años, y el Monumento Natural de La Carbayeda del Tragamón, un bosque natural con árboles de hasta 400 años.

Llanes, acantilados, playas y destacados monumentos

La pequeña villa de Llanes se levanta al borde del mar Cantábrico y tiene los Picos de Europa como fondo. Dos circunstancias geográficas que ya marcan la belleza de este lugar que parece pintado por un artista en tonos de verde y azul. La hermosura de los paisajes y su importante patrimonio arquitectónico convierten a este rincón de Asturias en un destino turístico privilegiado.

Con apenas 48 kilómetros de extensión y una población aproximada de 14.000 habitantes, el concejo de Llanes cuenta con el litoral más extenso de Asturias. Entre las características geológicas de la zona destacan sus acantilados acuchillados, resultado de la misma erosión cárstica que ha formado los Picos de Europa. A los pies de los mismos se extienden numerosas y hermosas playas. Son cerca de 40, muchas de ellas de pequeño tamaño, con arenas que pueden aparecer y desaparecer según los ritmos de las mareas.

Entre las más conocidas están la playa de Toró, a la que se puede llegar caminando desde la misma localidad. Y la de San Antolín, de una naturaleza salvaje y una de las favoritas de los surfistas. Desde esta se accede a pie a Gulpiyuri, una de las joyas escondidas del entorno.

Recorrer las playas de Llanes se convierte en toda una aventura para el visitante. Esta ruta bucólica despierta los sentidos. La playa de Poo, a unos 3 kilómetros de Llanes, es una excelente opción si se busca un sitio tranquilo al que acudir con niños, sobre todo si la marea está alta. La playa de Torimbia regala espectaculares paisajes y permite la práctica del nudismo. Y también son muy recomendables las playas de Ballota y Cuevas del Mar.

Llanes
Llanes

Pero, además de las playas, en Llanes el viajero se debe dejar cautivar por el casco antiguo de la villa. En él se encuentran monumentos declarados Bienes de Interés Cultural. La población se fundó durante la Baja Edad Media y entre sus numerosos encantos conserva buena parte de sus murallas. En el conjunto destaca el torreón de Llanes, edificación defensiva hecha con piedra caliza en el siglo XIII.

En un paseo por las calles empedradas de la localidad no puede dejar de visitarse la Basílica Menor de Santa María de la Asunción de Llanes. Se caracteriza por la mezcla de románico y gótico y posee un retablo plateresco en la nave central. También merece la pena acercarse al palacio de Gastañaga, un edificio señorial gótico; a la capilla de la Magdalena.